El equipo, que publicó sus descubrimientos en la revista «Science Advances», se dedica ahora a la construcción de un prototipo y calculan que en un decenio se podría construir el primer ordenador cuántico totalmente operativo. El dispositivo tendría una velocidad millones de veces mayor a la de los mejores ordenadores de hoy en día y funcionaría aprovechando la capacidad para manipular efectos en sistemas y materiales confeccionados a medida, aprovechando de hecho las propiedades de la materia a escala atómica.
La computación cuántica proporcionaría una capacidad de procesamiento con la que transformar la sociedad durante el siglo XXI, y permitiría desarrollar medicamentos nuevos, construir dispositivos de comunicación de un rendimiento superior y generar herramientas que ayuden a la humanidad a resolver los misterios del universo que aún quedan por aclarar. «La vida será completamente distinta —afirmó el profesor Hensinger—. Resulta extremadamente apasionante; probablemente sea una de las épocas más apasionantes en este campo».
El principal freno a la computación cuántica actual reside en la necesidad de enfocar láseres en cada átomo, y cuanto mayor es el ordenador más láseres se necesitan, lo cual aumenta las probabilidades de que se produzcan errores. El profesor Hensinger y su equipo utilizaron una técnica distinta para controlar los átomos en la que se emplea un campo de microondas y un dispositivo de trampa de iones.
El consorcio IQIT, en el que participa la Universidad de Sussex pero de cuya coordinación se encarga la Universidad de Siegen (Alemania), fue un proyecto de cuatro años destinado a desarrollar métodos nuevos para ampliar la escala de los dispositivos físicos cuánticos. El proyecto finalizó en marzo de 2015, pero contribuyó en gran medida al diseño del proyecto cuántico revolucionario articulado por el profesor Hensinger y su equipo.
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Sitio web del Ion Quantum Technology Group